Son famosas o desconocidas, se llaman Vandana Shiva, Shi Yan o Saraa. De la India a China, de la estepa de Mongolia a las montañas del Altai, de la humedad del Kerala a los vientos helados de Siberia, las mujeres alzan su voz para una agricultura buena para la tierra y los humanos. Acto de resistencia política o manifiesto para la protección de las culturas nativas, utilizan un saber milenario para liderar un movimiento hacia un futuro mas justo.
Durante 6 meses las visito y descubro sus iniciativas ecológicas, sociales y culturales. Comparto su vida diaria y su trabajo a lo largo de un viaje por tierra, zero-desechos o casi.
El viaje comienza en Dehradun, en la granja ecologica de la reconocida y a veces contestada Vandana Shiva, activista en primera fila de un movimiento ecologico y feminista en la India, peleando desde hace 30 años contra Monsanto y para una “democracia de la tierra”, respetuosa del medio-ambiente y de los granjeros.
Sigue en Kerala, en un orfanato para jóvenes Dalits con una meta de auto-suficiencia alimentaria, en un eco-pueblo del sur de China, en una granja siguiendo el modelo CSA (Community Supported Agriculture) cerca de Beijing, con nómadas de Mongolia, en la Taïga y al sur de Moscu.
La viajera
Viajar es una pasión, y una adicción peligrosa para el medio-ambiente. Después de haber acumulado una huella de carbono considerable viajando en Latino América, donde viví varios años, decidí hacer las cosas de otra manera esta vez. El proyecto fue ir de la India de vuelta a París por vía terrestre, para limitar tanto como posible las emisiones de CO2 debidas al transporte aéreo.
Para reducir aun mas mi impacto durante este viaje, me puse la meta de ser “zero-desechos” tanto como posible : cosméticos hechos en casa, tote bag, cantimplora y taper en la mochila, traté de reducir mis desechos para no dejar nada atrás.
También quise viajar lejos de las redes sociales. Por eso conté mi viaje a mis amigos y familia a través de una “newsletter” cada 10 días.
Comparto aquí unos consejos y historias.